lunes, 23 de agosto de 2010

Nadie llama a la puerta del que sabe que no contestará,
ni llama al que no contesta, para que le abran la puerta.
Tan sólo es una noche más conmigo misma,
danzando con el silencio,
naciendo en la cabeza,
organizando las dudas,
apostando certezas.


Hoy probaba con su puerta, cuándo él contestó :
"Derivar la pregunta para obtener respuesta,
no siempre libertará tu conciencia.
En tiempos de enceguecimiento,
el dolor de la duda pareciera ser obligación,
y la solución, recado para el prójimo más próximo
un frecuente estilo de amor..."

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